Rafa Camarasa, de Valencia a correr un Maratón en cada continente

La historia de Rafa Camarasa, un corredor valenciano, tiene muchas similitudes con cualquiera de nosotros que corre. Pero también tiene una particularidad especial: su reto de convertirse en uno de las pocas personas que ha corrido al menos un Maratón en cada uno de los seis continentes. El reto de ser uno de los pocos más de 500 corredores en todo el mundo que ha completado este objetivo de completar los 42.195 metros en se puede en la web Seven Continents Club (son siete porque separan América del Norte y del Sur).

Rafa ha completado tres veces el Maratón de Valencia (2010, 2012 y 2014) y, en total, ha corrido nueve matarones (y 28 medios Maratones) por medio planeta, a los que pronto sumará el Maratón de Varsovia… pero ahora le falta completar un Maratón en Asia para sumar su nombre a este selecto grupo. Tokio es la ciudad en su horizonte para 2016.

¿Qué te llevo a comenzar este reto de completar un maratón en casa continente?

Era 2011, había acabado de hacer mi primer y único Ironman, y un amigo me preguntó qué tenía pensado hacer a partir de entonces, porque sabía que quería aparcar el triatlón durante una temporada. Le comenté que tal vez empezaría a hacer maratones en distintas ciudades y países para unir mis dos hobbies preferidos: viajar y hacer deporte. A los pocos días, me hizo llegar un libro, «Correr per ser feliç», de Arcadi Alibés, en el que entre distintas anécdotas del autor en sus aventuras como corredor popular alrededor del mundo, en uno de los capítulos se hacía mención del club de los siete continentes «Seven Continents Club (SCC)». En ese momento había nacido una idea en mi cabeza que poco a poco fue tomando más y más forma hasta que en Sydney, el 16 de septiembre de 2012, coincidiendo con el día de mi 30 cumpleaños, empezó a hacerse realidad.

¿Cuántas personas hay que lo hayan hecho?

En este momento hay registradas oficialmente en el Seven Continents Club alrededor de unas 500 personas en el mundo que hayan completado al menos una maratón en cada continente.

Cuéntanos cómo fueron sus inicios en el running…

La verdad es que desde siempre el deporte ha sido una parte importante de mi vida: mi asignatura favorita en el colegio y el instituto, mi hobby preferido, mis estudios universitarios (soy licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte). ¿Mi futuro laboral? Espero que así sea posible cuando vuelva a Valencia, que esté relacionado con el deporte.

Cuando era pequeño mis profesores de Educación Física me solían animar a participar en la sección de atletismo de los «Jocs Esportius de la Comunitat Valenciana», pero en ese momento estaba suficientemente ocupado con el voleibol y el fútbol-sala, deporte este último que continué practicando hasta terminar la universidad. Una serie de lesiones jugando a fútbol-sala modificaron el curso de de mi vida deportiva, dirigiéndolo primero hacia el mundo del running, y tras una serie de circunstancias, al poco tiempo, hacia el mundo del triatlón. Aparte de «Voltas a Peu» y «San Silvestres», la primera vez que me preparé para correr una carrera algo más seria fue en el año 2006, con mi primera media maratón. A la maratón le tenía mucho respeto, de modo que tuvieron que pasar unos cuantos años hasta que finalmente decidí a probar suerte en los 42.195 metros en 2010. 

No soy muy mayor pero desde que empecé a correr hasta hoy, el running ha cambiado mucho. Yo recuerdo salir a correr al antiguo cauce del río Túria y tan solo encontrarme con algunas decenas de personas que compartían mi misma actividad. En el colegio o el instituto, los estudiantes se tomaban las sesiones en las que había que correr como un castigo, por poner un ejemplo. Con los años, el río se inunda cada día de miles de personas, y me he dado cuenta que algunas de estas personas son niños y niñas en edad escolar o de ir al instituto que han hecho de esta actividad uno de sus pasatiempos habituales.

¿Cuál es el que más te ha impactado? ¿Y emocionado?

Cada maratón me ha impactado al mismo nivel a su manera: la soledad del corredor entre los palmerales y junto a los camellos en Marrakech, los dos millones de personas que salieron a la calle a animar en Chicago, una maratón casi en línea recta junto al Atlántico y a lo largo de algunas de las playas más famosas del mundo en Río de Janeiro, la exclusividad de un recorrido único con salida y llegada en los iconos más conocidos de Sydney, el calor de la familia y los amigos en mi tierra, o la combinación de territorio hostil, condiciones climatológicas extremas y paisajes de película en la Antártida. 

Puede que la maratón que más me haya emocionado haya sido la de Sydney, porque era mi primer continente, porque el día de la carrera coincidía con mi cumpleaños, y especialmente, porque era mi primera maratón después de haberme roto el tendón de Aquiles de mi piernas derecha nueve meses atrás.

¿Qué tiene el de Valencia que no tengan los demás?

Valencia es mi casa, es la ciudad donde vive mi familia y donde concentro buena parte de mis amigos. Vas recorriendo kilómetros, hay gente que ha madrugado (o que no se ha acostado aún) para darte su apoyo, te encuentras con conocidos que tiempo atrás no se imaginaban en otro papel que de espectadores siendo protagonistas activos del evento. Hay detalles que se han ido introduciendo con los años, como la original idea del concurso de animación de las comisiones falleras, o el cambio de recorrido con la espectacular llegada sobre el agua en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, que han sido muy positivos tanto para los espectadores como para los participantes. No es de extrañar que tanto Valencia como su Maratón tengan tanta tirada a nivel nacional e internacional.

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