6/42: Un reto a las puertas de los 50 y con 96 kilos
Voy a correr el maratón, le digo a mi mujer, ella me mira seria y responde: «Tú no me quieres». Era el 29 de diciembre de 2014 y Rafael Álvarez, el día anterior, en una comida navideña con sus amigos, había decidido que una buena forma de celebrar los 50 era recorriendo las calles de su ciudad con motivo del Maratón Valencia Trinidad Alfonso: «Por aquel entonces a mi esposa le hacía falta tiempo y a mí unas zapatillas». Rafael pesaba 96 kilos.
Llegó el 1 de enero de 2015. 11 meses para el maratón: «Fui andando al cajero para sacar dinero, di unos pasitos rápidos para tener sensaciones, volví a casa y calculé lo que había recorrido: ida y vuelta 1.700 metros. Solo tengo que hacer esto 25 veces. Fácil».
Al día siguiente, acumuló algunos kilómetros más, eso sí, en avión, para regresar a Sudáfrica: «Volvimos a Johannesburgo donde vivo con mi familia por trabajo. El día diez de enero corrí cinco kilómetros (bueno, la mitad, la otra andando) La primera vez que hacía ejercicio en 25 años. ‘Ya soy runner’, pensaba». Jornada a jornada empezó a aumentar la carga de trabajo. Así es hasta marzo cuando debe parar: «Mi amigo Paco, que ya ha corrido maratones, me animaba desde Lima donde había encontrado trabajo. Pero estuve un mes en el dique seco por unas dolencias en el glúteo». En ese tiempo preparó su participación para la gran cita del atletismo popular de una manera diferente pero también necesaria: «Leí sobre Gebrelassie y otras glorias, aprendo que hay que seguir un programa de dieciséis semanas por lo menos…». El 12 de mayo volvió a correr: «A finales de ese mes pesaba 79 kilos y me encontraba mucho mejor». El 4 de junio celebró su 50 aniversario.
En el camino de Rafael hacia el maratón de Valencia se cruzó otra piedra: «Me lesioné en Vicenza, Italia, justo al empezar las vacaciones. Estuve 18 días en el dique seco, otra vez, por lo menos pasamos el verano sin discutir a causa de mis carreras», bromea. Tras el tiempo de descanso empezó la parte seria: «En agosto acumulé 102 kilómetros, en septiembre 277 y en octubre 288 con la participación de un medio maratón en Amanzimtoti, cerca de Durban». Tiene grabado a fuego cada cifra. Tampoco olvidará nunca aquel 15 de noviembre de 2015: «Antes de salir de casa me abracé con mi familia» Las palabras de su esposa: «Corre, pero no te hagas daño». De su hija pequeña: «Eres el mejor, te deseo que ganes». Y los consejos de su hijo: «Papá: sal rápido pero no tropieces».
*Historia publicada originalmente en el diario Las Provincias.
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