Cuando salimos de viaje por trabajo, vacaciones o cualquier otro motivo, es habitual que rompamos nuestra rutina deportiva porque no estamos con nuestro grupo, nuestro centro de entrenamiento o porque encontramos el lugar idóneo para hacerlo bien por el terreno, bien por el clima…
Tenemos la suerte de practicar un deporte que es muy poco complejo, que no requiere de un material y un lugar específico para llevarlo a cabo, tan solo unas zapatillas y ganas de entrenar, así que no hay excusas y podemos adecuarnos a los distintos medios con los que nos vamos a encontrar.Si no podemos salir al exterior porque hace mal tiempo, excesivo calor, etc. podemos trabajar la condición física en el gimnasio o con circuitos de fuerza. Si tampoco disponemos de gimnasio, tan solo nos hace falta un poco de imaginación: buscar algún escalón y trabajar cuádriceps, gemelos, glúteos… y sobre todo trabajar el core con planchas frontales, laterales y similares. Es decir, todo aquello que no solemos hacer cuando estamos inmersos en nuestra rutina diaria por falta de tiempo.
Para trabajar la parte aeróbica, podemos correr en tapiz rodante (si disponemos de ello) y hacer incluso series en la cinta, aunque si tenemos la suerte de gozar de unas buenas condiciones meteorológicas, entrenar al aire libre es lo ideal.
Intentad buscar siempre superficies no muy duras (evitar correr siempre en asfalto) y aprovechad para disfrutar de paisajes y lugares a los que no estamos acostumbrados a ver. Seguro que el entrenamiento se convierte en una experiencia diferente y no volvéis a poner las vacaciones como excusa para parar.
Marta Fernández de Castro, ex atleta, entrenadora nacional de atletismo y del Team 3FDC