Paco Liébana no tiene límites en el maratón
Cada año, y desde 2012, cuando Paco Liébana cruza la línea de meta del Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP siempre tiene el mismo sentimiento: «No vuelvo a correrlo otra vez». Sin embargo, a medida que pasan los días recuerda esos 42.195 metros y todos los momentos vividos hasta llegar a ellos, se motiva de nuevo: «No es sólo la gesta que supone terminar la prueba, son tres meses entrenándote a un ritmo muy alto, con otra gente que te anima y viceversa, la dieta… te acuerdas de eso y cuando terminas la carrera tienes ganas de liberarte y volver a hacer lo que quieras pero pasan los días y es como una droga que engancha. Así llevo cinco maratones en Valencia y otro en Madrid… hasta que el cuerpo aguante. No hay otra»
Una de las características de este atleta popular de 44 años es la competitividad. Esas ganas de superarse han provocado que cada año baje unos siete u ocho minutos su marca del año anterior: «Mi primera vez terminé en 3 horas 26 minutos, para este año mi intención es hacer 2:44 o 43. Mi evolución es muy buena, pero no sólo es mérito mío, también lo es de Marta Fernández de Castro, mi entrenadora, y también de mi familia, de Mari, quien ‘aguanta’ las largas jornadas de entrenamiento, sobre todo en la recta final de la preparación».
Este valenciano tiene una empresa de climatización: «Ser autónomo tiene muchas cosas negativas, pero también positivas. Yo me quedo con las últimas. Por ejemplo, me permite ponerme las zapatillas, salir a rodar, cambiarme y volver a trabajar, si no fuera mi propio jefe quizás no sería posible». En este sentido también valora la importancia del deporte en su día a día para oxigenarse de cara a su rutina laboral: «Me ayuda a desconectar».
Ritmo tranquilo
Para lograr el tiempo que se ha marcado para el próximo 19 de noviembre, Paco se repite una y otra vez que debe hacer caso de su entrenadora: «Me toca descansar porque a finales de julio y agosto ya nos preparamos el maratón. Si participo en alguna carrera lo tengo que hacer de manera tranquila». Esto significa que no debe mirar el crono: «Va a ser casi imposible, nunca he podido, pero lo intentaremos».
Historia publicada en Las Provincias
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