El padre Ángel, a bajar de las 3 horas a ritmo de AC/DC
El padre Ángel Cordovilla (Salamanca, 1968) empezó a correr en su adolescencia cuando todavía eran unos pocos los que se animaban a calzarse las zapatillas y tomar el asfalto: «Entré en el seminario de Salamanca para ser sacerdote a los 18 años y prácticamente lo abandoné. Me quedó la espina de correr un maratón», recuerda. A los 45 años y tras un reconocimiento médico en el que se le detectó el colesterol alto retomó la carrera a pie. «En 2015 me volvió ese sueño de completar al menos una maratón, fue en Madrid bajo un aguacero impresionante. Inmediatamente me di cuenta de que no sería la última. Luego vinieron Sevilla, València, Berlín, de nuevo Madrid y ahora otra vez València», añade.
El próximo 2 de diciembre espera bajar de las 3 horas en el Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP, una prueba de la que destaca «su recorrido plano», aunque no sólo ello: «También la organización, especialmente sus voluntarios, quienes de forma gratuita y generosa nos animan y ofrecen ayuda. El final es espectacular. La ciudad es muy acogedora. En definitiva, si uno de los mejores maratones del mundo está tan cerca, ¿por qué ir a buscar fuera lo que tenemos en casa?», comenta el padre Ángel quien no ha conseguido transmitir a sus compañeros de trabajo en la Facultad de Teología en la universidad pontificia de Comillas «esta pasión» por la carrera a pie: «Un antiguo compañero sí es un habitual en carreras populares. A mis compañeros, feligreses, alumnos, no les sorprende tanto que corra, sino que me lo tome con tanta fidelidad y exigencia. Porque una cosa es correr y otra preparar con esmero un maratón. Aquí piensan que estoy un poco loco».
El padre Ángel tiene publicados varios libros y aunque escribir y correr son actividades diferentes reconoce disfrutar «mucho de ambas». Compara lo que puede suceder en los 42.195 metros con la vida: «Por mucho que uno se prepare para ella, siempre te sorprende. No la puedes dominar, tienes que saber adaptarte a las circunstancias imprevistas que te encontrarás en el camino». Y para hacer más llevaderas las tiradas largas se deja acompañar por AC/DC, Fito y Fitipaldis o Calamaro. Después del cansancio, el mundo, o al menos el suyo, le parece «de otra manera».
Historia publicada en Las Provincias