Daniel Buitrago (Elche, 1984) correrá el próximo 6 de diciembre el Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP. Será la cuarta vez. Pero la primera sin su novia, Raquel. La razón por la ausencia de su compañera de vida, y de kilómetros, no podría ser mejor: «El día 16 de ese mismo mes nos toca ser papás. Me gustaría mucho dedicárselo mi hijo, así que tengo un pacto con él para que no se adelante…», bromea este vecino de Sant Vicent del Raspeig.
Todavía no tienen decidido el nombre de su primer hijo, aunque Daniel, más que la carrera en sí, le quiere transmitir un mensaje: «En la vida que empezará, a veces le irá mejor y otras peor, habrá ocasiones en las que pensará que no puede, que incluso es imposible, pero si nunca deja de luchar por lo que quiere, por sus sueños, de creer en sí mismo, disfrutando y valorando cada kilómetro, cada día de su vida, al final conseguirá todo lo que quiera, como su padre llega a la meta del maratón«, explica. «Porque no hay nada tan bonito como conseguir algo por lo que te has esforzado mucho y por lo que has luchado disfrutando el camino que te ha llevado hasta allí. Si fuera muy fácil correr un maratón no resultaría tan bonito«, añade.
Daniel empezó a correr porque le ayuda «a combatir el estrés» del trabajo. Es abogado. Después de correr en Santa Pola un medio maratón, en 2017 se lanzó a los 42K de Valencia: «El objetivo era terminarla, es una sensación que recomiendo a todo el mundo. Realmente te sientes muy feliz al pasar sobre esa alfombra azul de la meta que tantas veces has imaginado cuando entrenabas«. Un año más tarde, no lo dudó y, aunque sabía que no era una prenda «muy cómoda para correr«, se enfundó la camiseta de su equipo de fútbol: «Iba corriendo y escuchaba ¡Mucho Elche! , me sorprendió mucho, sobre todo porque la gente me lo decía muy a menudo«.
«No me resulta fácil explicar lo que se siente. A veces hasta te planteas si merece la pena tanto esfuerzo y dedicación por correr ese día 42 kilómetros, pero la realidad es que, al menos para mí, sí merece muchísimo la pena, y se lo recomiendo a todo el mundo«, concluye.
Esta historia ha sido publicada previamente en el diario Las Provincias