La segunda oportunidad de la guerrera Eva
Eva Martínez se sentará hoy ante su tarta de cumpleaños. Antes de soplar las 35 velas, cerrará los ojos y pedirá un deseo. Quizás sea concluir un sueño que el año pasado se quedó casi a la mitad. Debutaba en el Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP pero una lesión en el kilómetro 24 le obligó a retirarse: «En junio de 2016 me caí de la bici y me rompí la clavícula. Al no poder hacer ciclismo me dediqué a correr. Me sentía fuerte». Eva había encontrado en la prueba reina del atletismo una gran válvula de escape: «Mi intención era bajar de las cuatro horas, incluso más, tenía una media de 5:20 en tiradas largas. Estaba motivada». Sin embargo, otra lesión se interpuso en su camino: «Cuando faltaba un mes pisé un bordillo en un entrenamiento y me hice un esguince. Empecé con la rehabilitación y cuidándome me fui encontrando mejor, hasta que en el entrenamiento de los 30 kilómetros me noté dolor».
Con cuidado pero con ganas llegó el día de la gran prueba: «Salí junto a dos compañeros del Redolat Team, mi equipo. Pese a su motivación no me sentía cómoda, ellos me dijeron que caminara un poco, que me esperaban pero les dije que continuaran. En el kilómetro 24 a la altura de la Alameda, paré». Una decisión que su tobillo agradecería: «Si hubiera forzado no estaría tan bien ahora porque el tiempo de recuperación habría sido más largo». Eva admira a su entrenador, José Antonio Redolat, en quien también encuentra un motivador: «Lo pasé mal pero él me dijo que volvería más fuerte».
El deporte tiene una gran importancia para Eva: «Es mucho más que una afición, además de mi trabajo, es toda mi vida. Mi entorno está vinculado al atletismo y las actividades que hago también». Fue en el deporte donde encontró un motivo para seguir viviendo tras un duro golpe: «Mi madre falleció muy rápido y mi padre ya nos había dejado cuando yo era jovencita. La pérdida de ambos fue muy dolorosa. El deporte es el mejor antidepresivo que existe».
De hecho dedicó a su madre su primer medio Ironman: «Yo hacía triatlones y ella siempre venía a animarme. Cuando murió pensé qué podría hacer para que se sintiera orgullosa. Di un paso más y justo un año después de su muerte lo hice». Eva Martínez nunca olvidará el 3 de octubre de 2015 cuando completó los 1.900 metros a nado, 90 kilómetros en bicicleta y 21 de carrera a pie del Medio Ironman en el Massis de Antella en honor a su madre, quién también estará en su memoria el próximo 19 de noviembre.
Historia publicada en Las Provincias
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