Un primer maratón para alguien que nunca se rinde
El pasado miércoles, antes de salir de la clínica de fisioterapia, Emi Pujadas se paró ante la puerta, sacó el móvil e hizo una foto a un cuadro con una frase que rezaba: ‘Lo único imposible es aquello que no intentas’. Esta semana empezaba para ella por fin el camino al Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP: «Llevo arrastrando unas molestias desde hace un año y medio y empecé a trabajar con el readaptador con el que realizo ejercicios específicos en el tobillo izquierdo para que no me moleste en una distancia tan larga». Para llegar en un estado óptimo a la cita del 19 de noviembre, esta enfermera de 33 años, es consciente de que deberá dedicar un poco más de tiempo a la prueba que algunos de los participantes: «Por un lado sigo los planes de entrenamientos normales y después el trabajo específico, lo hago haciendo malabares con el tiempo después de guardias. en verano suelo salir o muy temprano o tarde para evitar el calor».
Aunque será su debut en el primer maratón del país con etiqueta de oro, Emi ya ha experimentado la sensación que supone esperar el pistoletazo de salida en el puente de Monteolivete: «He participado en la 10K Trinidad Alfonso varios años y es algo impresionante, pero siempre miras de reojo a los maratonianos, y cuando terminas y ves que ellos siguen ahí y te vas a casa y te cruzas con participantes, te pica el gusanillo inevitablemente». Y así fue como el último día del 2016 decidió inscribirse al maratón: «Estaba en una guardia en el hospital y hablando con unas compañeras pensé que qué mejor manera que acabar el año que plantearse un reto como ese».
Empezó a correr en 2010 después de tomar una de las mejores decisiones de su vida: «Dejé de fumar. Para combatir el mono salía a caminar, empecé a correr y tenía buenas sensaciones y después de carreras cortas, llega la 10K, 15K y el medio maratón. Siempre he tenido motivación pero soy consciente de que no se puede ir a lo loco. Me hice una prueba de esfuerzo ya que he visto a gente pasarlo muy mal«. Emi lleva tatuada en su muñeca una frase que la define en su día a día: «Es muy difícil vencer a alguien que nunca se rinde«, por ello hace referencia a cada lesión. La más larga le tuvo apartada de las carreras ocho semanas: «Tuve una rotura fibrilar y aunque solo son dos meses, se te hacen interminables porque sales a pasear pero ves a gente corriendo y cuando vuelves a entrenarte te agobias porque no estás igual, pero con paciencia todo llega«. No descarta muy a largo plazo realizar otros deportes «A mí me gusta correr pero sí que me han planteado hacer triatlones. En un futuro quizás empiece también«.
Historia publicada en Las Provincias
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